Los hombres contratados por doña Lucrecia son golpeados por Miguel y Camilo. Tienen órdenes de no lastimar un pelo a Miguel y saben que les irá muy mal si lo hacen así que huyen. Camilo, muy sofocado, mira a su inesperado compañero de pelea con sorpresa.
--¿tú?
Miguel le extiende la mano:
--venga. Ven conmigo. Yo sólo quiero ser tú amigo.
Camilo está muy aturdido. Piensa en ese joven que amó y se burló de él. Miguel es muy cariñoso con él.
--yo no te quiero hacer daño. Nos vendrá bien tomar algo ¿me invitas?
Camilo se ahoga en esa mirada. En esa sonrisa. Casi no le sale la voz.
--claro.
Camilo agarra la mano de Miguel. Los dos sienten escalofríos de placer. Camilo siente toda una revolución dentro de él. Ha amado y odiado a ese hombre por mas de veinte años y ahora lo tiene delante. Han peleado juntos. Lo ama y lo desea más que nunca. Camilo lo abraza.
--¡¡gracias¡ ¡gracias!
Camilo se aferra a Miguel con desesperación. Está feliz de tenerlo en sus brazos. Miguel lo siente temblar de placer y eso le emociona. Le acaricia la espalda con afecto.
--todo está bien. No te preocupes. Era mi obligación.
Camilo mira a Miguel con amor, con una dulzura que a él le sorprende.
--No me digas que mi mamá tenía razón --dice Miguel para sí.
Piensa que se ha enamorado de él por su supuesto acto heróico y se siente orgulloso de que ese hombre que tanto le ha impactado se está enamorando de él tan pronto. El hombre le atrae mucho y nada le gustaría más que hacer el amor con él esa misma noche aunque también le sabe mal estar engañándolo, quisiera que todo esto acabara para volver a su vida de siempre. Camilo acaricia a Miguel en el rostro. Se estremecen. A Miguel le encanta que lo toque. Cierra los ojos para saborear más esa caricia. Camilo está feliz de estar con él pero hay cosas que lo detienen. Le duele la humillación en su primera vez, el no saber qué hacía en su hotel. Sobretodo los celos lo atormentan al recordar que tiene novio. Se aparta de él algo brusco. Miguel abre los ojos.
--¿qué pasó?
Camilo calla su dolor por todos esos años de frustración, por los celos.
--Es que no quiero que tu novio se enfade contigo. --dice visiblemente celoso.
--Yo no tengo novio --dice Miguel con una seductora sonrisa.
--No seas mentiroso. Te vi con... con Carlos. Así que no me mientas.
Miguel se da cuenta de lo celoso que está y le hace gracia darse cuenta que Camilo se sintió atraído por él antes de esa noche aunque le cuesta creer que se haya enamorado tan pronto.
--¿estás celoso? ¿No me digas que lo has despedido por eso?
Miguel sonríe pícaro. Camilo se sofoca.
--No, claro que no.
--¿y porqué la has despedido? Él dice que no tenías motivos.
A Camilo le da rabia pensar que se ven seguido. Eso le atormenta.
--¿ah? ves cómo yo tengo razón. Algo deben tener ustedes que fue corriendo a contarte.
Miguel le habla con mucho cariño, con una sonrisa que a Camilo le fascina.
--sí somos amigos pero eso no quiere decir que seamos novios. Lo que pasa es que si lo has despedido por lo que ocurrió conmigo no me parece justo.
Aunque le da rabia que Carlos esté cerca de él, Camilo siente que está en deuda con Miguel
--si tú me lo pides yo lo readmito.
--¿harías eso por mí? --sorprendido.
--Si me lo pides sí.
Miguel piensa en Carlos, le duele haberse aprovechado de Carlos y ahora desecharlo pero siente ya no le es necesario. Al contrario que puede ser un estorbo en su relación con Camilo. Aunque le gusta desahogarse con él no quiere nada serio, no quiere que nada se interponga entre él y Camilo.
--Por mí no lo hagas. En realidad apenas nos conocemos.
Aunque por un lado a Camilo le gusta pensar que es libre le recuerda lo que pasó en su primera vez.
--claro usted debe de esos hombres que se divierten con los hombres y luego los abandonan.
Miguel siente el profundo rencor de Camilo, siente culpa porque es lo que hará con él pero no entiende porque lo odia tanto.
--bueno yo... En realidad... yo --balbucea Miguel.
--No sabe qué decir porque es culpable --le reprocha Camilo..
--Soy libre, no tengo que rendir cuentas a nadie. --se defiende.
--Y no le preocupa hacer daño a los hombres que se ilusionen con usted.
Miguel siente que Camilo lo está agrediendo.
--Yo jamás le prometí nada a nadie. No he tenido relaciones con hombres que no sean por sexo así que, los dos queríamos lo mismo.
Camilo siente mucho dolor. Se reprocha así mismo seguir enamorado de ese hombre que lo olvidó, que sólo se divirtió con él. Se traga su dolor. Miguel lo ve muy pálido:
--¿te sientes bien? ¿quieres que te lleve a tu casa?
--No, a mi casa no. En la noche me gusta ir a otro sitio.
--Pues yo te acompaño. No quiero que estés solo.
--pues sígueme.
Camilo se le adelanta. Miguel lo sigue. Está muy excitado. Le gusta mucho ese hombre. Le vuelve loco su gran culo. Quisiera hacer el amor con él esa misma noche y poder dejarlo. No está seguro de poder dejarlo si está más tiempo con él.
Emilio está con sua perros en la plaza de delante de casa de Manuel. Lleva un rato esperando. Su corazón se acelera. Manuel y Jorge pasan por al lado de la plaza.
--¡hola¡ --dice Emilio a Manuel muy contento.
Manuel le guiña el ojo y lo deja suspirando. Manuel se ríe
--menos mal que no nos sigue, esta viejo es de un pesado.
A Jorge le duele mucho que Manuel se esté burlando de Emilio. Le duele saber que pronto cumplirá su objetivo y no lo volverá a ver. Le duele que no le importe lastimar a la gente.
--¿¿qué pretendes con él?
--Ya lo sabes --dice Manuel pícaro.
--Si pero sino lo tratas ¿como se va a entregar a ti?
--Porque es un degenerado y está desesperado. A la que yo chasquee los dedos lo voy a tener desnudo en mi cama. Me regalará lo que le pida. Será el hombre más feliz y luego ya no lo veré más.
Manuel se ríe y a Jorge le duele porque piensa en lo mal que se sentirá Emilio. Ya que a él le duele pensar en que dejará de verlo. Manuel le pellizca el culo y lo mira con cara de degenerado.
--como me gusta tu culo. Lo echaré de menos cuando me vaya.
--te puedes quedar.
Jorge lo mira con deseo y cariño. Manuel le da una palmada en el culo
--¡te voy a dar lo que te gusta para que me recuerdes siempre ¡
Manuel no se toma en serio a Jorge y al chico le duele pero no le dice nada.
Camilo lleva a Miguel a la playa. Justo frente al hotel en donde Miguel está hospedado. Miguel mira la ventana de su cuarto, están en el mismo lugar en el que siempre aparece ese hombre triste.
--¿¿tú?¿¿eres tú?
Miguel está emocionado.
--¿yo qué? --Camilo.
Miguel es muy cariñoso con Camilo..
--¿ ves esa ventana? --Camilo hace que sí con la cabeza-- es mi cuarto..
--¿¿en un hotel? ¿vives en un hotel?
--si acabo de llegar.
--¿y para qué viniste a este pueblo?
--bueno yo... en realidad... quise cambiar de aires.
Camilo lo mira con desconfianza. No está seguro que no lo recuerde, que no le oculte nada.
--No tiene nada de raro. No me mires así.
Miguel le acaricia la mano, los dos quedan atrapados en la mirada del otro. A Camilo le estremece la ternura de él.
--Cada noche te veía sufrir.¿quien te hizo tanto daño?
Camilo lo mira con rabia, con frustración.
--¡¡Eres un cabrón¡
Camilo se quiere ir pero Miguel le agarra del brazo:
--No te vayas. No.
Camilo lo mira con ternura. Lo ha amado toda la vida, siente un impulso y lo besa. A Miguel le toma de imprevisto pero responde.
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