Emilio está llegando al campo de fútbol con sus perros. Tiene controlado los horarios de Manuel. Siempre llega tarde al entrenamiento. Emilio está muy ansioso. Manuel llega como una aparición. Sus ojos color avellana, sus rubios rizos lo iluminan todo. Emilio siente que su corazón va a explotar de tanta felicidad. Su extrema belleza lo extasia. Le gusta verlo en jeans. Le vuelve loco su culo. Se lo queda mirando.
--¡¡pedazo de culo que tiene, que bueno está. Es un sueño de hombre ¡ --dice el feo con deseo.
Le gusta admirar la belleza de él. Camina muy coqueto, muy seductor. Emilio suspira por él. Aunque recién lo acaba de conocer siente que es la razón de su vida. Su todo. Manuel lo sabe. Se sabe muy guapo, le gusta sentir cómo los hombres se mueren por él. Le hace gracia haber seducido al feo sin ni siquiera haberle dicho nada. Emilio cree que Manuel no sabe ni que existe, en realidad él no sólo sabe que existe sino que se da cuenta que está muerto con él.
--esto es decepcionante... --dice Manuel para sí mientras se cambia de ropa-- Nunca pensé que el feo fuera tan degenerado. Parece que nunca ha visto un macho. Es que está deseando que le haga el favor. Pensé que me iba a costar más.
Manuel hasta por un lado se siente decepcionado.
--este viejo no me ha dejado que luche por él --dice para sí con una sonrisa.
Emilio está bajo la ventana de los vestuarios. Da a la calle. Es alta. No se ve nada pero sabe que está ahí. Le pone muy cachondo saber que ahí está Manuel. En calzoncillos. Manuel no tarda en salir con pantalones cortos y se une al entrenamiento
Emilio está muy pendiente de los movimientos de Manuel. Su corazón late con fuerza. Lo desea como nunca ha deseado a nadie. Siente que muere de amor. Cada movimiento del guapo joven lo enamora más y más. Emilio no deja de mirarlo. A su pastor alemán le encanta las pelotas y mira el partido esperando que la pelota salga del campo para ir a por ella. Los caniches se quedan sentados aburridos. Emilio no le quita los ojos de encima al guapísimo chico. Se ahoga en tanta belleza. Ama a ese chico. A ese cuerpo. Cuando Manuel lo mira y le hace ver que se da cuenta que lo está espiando, Emilio agacha la mirada avergonzado. Manuel hace como si nada pero lo desprecia.
--y este pinche viejo descarado creerá que no me doy cuenta que se me quiere coger. Está deseando ofrecerme su culo. Pinche degenerado --dice él para sí.
Emilio lo siente indiferente y sufre por eso. Siente un gran dolor por no estar junto a él. Emilio disfruta viendo a Manuel pero sufre porque está seguro que ese amor que siente por él está condenado a morir sin verse realizado. Marcan un gol y todos se ponen locos. A Emilio le excita mucho ver a tanto macho tocándose. Manuel sonríe. Emilio siente que su corazón va a latir de tanta felicidad. Es tan guapo. Aunque siente celos al ver a Manuel irse con un chico muy guapo. Los dos se van abrazados por los hombros.
--serán novios, seguro. Manuel es el más guapo y va a elegir a otro guapo --dice Emilio con tristeza.
Los dos hacen como si no se dieran cuenta que Emilio se come con los ojos a Manuel.
--¿y que pasa con el feo?
--es un viejo baboso --dice Manuel divertido-- a mí me encantaba eso de enamorarlo poco a poco y luego humillarlo ¡¡pero es que el viejo está loco por mí sin que yo tuviera que hacer nada. Me hubiera gustado engañarlo pero ¡¡es que no me ha dado tiempo¡ ese pinche viejo está deseando que alguien le haga el favor¡
--¿¡te vas a acostar con el feo?¡
--bueno... coger es coger, ni que sea a oscuras.
--así que se le va a dar --molesto.
Manuel se le ríe. Se burla de él.
--¿estamos celoso, Jorgito? Tú y yo sólo somos amigos. No te vayas a enamorar de mi.
Jorge le da una patada en el culo.
--¡Payaso¡
Los dos se miran divertidos.
--¿cuando te lo vas a coger?
--no sé, yo espero órdenes. Este fin de semana mi tía me iba a llamar, es bueno que me haga de rogar, que sufra un poco. --dice riendo.
Manuel le pellizca el culo a Jorge.
--tú me vas a disfrutar antes.
Los dos se miran con caras de degenerados. Se desean.
Jorge y Manuel están desnudos sobre la cama después de disfrutar de sus cuerpos. Comparten un cigarro. Hay mucha complicidad entre ellos. Jorge le habla como si bromeara pero en realidad no le gusta la actitud de su amigo.
--la cara que se le va a quedar al feo cuando te lo vayas a coger. A ver sino se te muere.
--si se muere que antes me haya nombrado su heredero.
Manuel habla divertido. Jorge es su cómplice porque le gusta mucho ese guapo pero no le gusta lo que hace.
--eres perverso.
--No, perverso es el pinche viejo que ha puesto sus feos ojos en mi.--Manuel riendo.
--¿y no te da pena engañarlo? seguro que nunca ha tenido novio -Jorge.
Jorge usa un tono compasivo. Siente una especie de celos de su amigo. Le gustaría que un chico lo amara como lo ama Emilio a Manuel. Le duele que Manuel, mientras se está acostando con él, se burle del amor de Emilio.
--seguro no ¡¡fijo¡ y está como loco porque le hagan el favor. Por ese sentido le haré el favor de su vida. Por eso tengo que ir con cuidado. Se trata de lastimarlo no de que goce --Manuel riendo.
--a mi me daría pena.
--¿es que te gusta el viejo? ¿Me celas porque no quieres que me acueste con otro o porque te gusta Emilio?--Manuel divertido.
--no es eso. No siento celos. Tú eres mi amigo y el feo pues es un feo. Siento pena por él.
Manuel es frío y eso no le gusta a Jorge.
--pues yo no, no lo conozco. Por mi que lo atropelle el camión de la basura.
--será porque yo sí. Lo conozco desde que soy niño. Siempre está solo. No tiene amigos, parece que tiene problemas mentales. Me da pena.
--pues ni modo. Uno no siempre tiene lo que se merece. Al viejo le tocó que yo me divierta con él. Lo va a disfrutar. Yo soy un regalo y tú lo sabes mejor que nadie que soy muy bueno.
Manuel le guiña el ojo y Jorge sonríe
Al cabo de unos días, Lucrecia es dada de alta. Aún se finge débil pero sus ojos tienen mucha vida, mucho odio. Miguel le agradece al doctor Briñón las supuestas atenciones que le ha dado a su madre. El doctor le da una última recomendación:
--si tiene un disgusto se muere.
--tenga cuidado.
Miguel trata a su madre con mucho cariño. Al llegar a su departamento, la ayuda a meterse en la cama.
--No, no me quiero meter en la cama.
A Miguel le sorprende mucho la energía que tiene su madre.
--Mamá, has estado entre la vida y la muerte. Tienes que descansar.
Lucrecia está muy ansiosa. No puede ni quiere fingir más.
--¡¡estoy perfectamente¡
Miguel mira a su madre sorprendida:
--recién te dio un infarto.
Lucrecia se vuelve a mostrar débil. Se sienta en la cama:
--tienes razón pero es tengo miedo de morirme pronto.
Miguel se pone en cuclillas. Es muy cariñoso con su madre
--No digas eso. No te vas a morir.
Lucrecia se hace la víctima:
--¡yo siento que me queda poco tiempo. A penas tengo fuerzas y el poco tiempo que me queda de vida quiero emplearlo en destruir a los Del Pozo¡
Miguel acaricia a su madre con tristeza. Le da mucha pena que su madre prefiere gastar su tiempo en odiar que en quererlo a él.
--tú me prometiste que me ibas a ayudar¡¡me lo prometiste¡
La angustia de su madre lo hace sentir culpable a él. Lucrecia está dispuesta a aprovecharse de los buenos sentimientos de su hijo para hacerle hacer lo que ella quiera.
--ya te dije que sí, nos vamos a vengar pero ¿porqué no esperamos un tiempo más? Hasta que estés mejor.
Lucrecia vuelve a saltar de la cama. Se ve muy bien. Aunque a Miguel le sorprende ni piensa que su madre le esté mintiendo. Más bien lo que piensa es que su madre siente tanto odio dentro de ella que es superior a la muerte. Aunque no le gusta se lo prometió, además tiene miedo de la advertencia del doctor. No le puede llevar la contraria. Lucrecia lleva mucho tiempo esperando ese momento. Saca un dossier de su cajón:
--Camilo del Pozo, 40 años. No se le ha conocido pareja. Vive pendiente de su hermano que tiene trastorno depresivo y varias fobias. También en su trabajo en el hotel que era de tu padre. Se encarga de los negocios de la familia. Los padres murieron hace años los dos juntos en un accidente.
--¿y que te hace pensar que yo pueda enamorarlo? No sé... a lo mejor no es gay ¿no has pensando en eso?
--hace sus travesuras con los empleados.
--¿los acosa?
--Seguro. Es un degenerado. Tienes que seducirlo.
Miguel acaricia a su madre:
--tranquila, yo iré a conocerlo. A ver que pasa pero no puedo garantizar enamorarlo. Una cosa es sexo pero si nunca ha tenido nada serio con los hombres será por algo.
Lucrecia está muy agresiva.
--¡¡no me vengas a decir que no eres macho para seducir a quien quieras¡
--Yo no digo eso pero si no se toma en serio a los hombres... No podré enamorarlo.
--¡¡pues te acuestas con él y lo humilles. Busca trabajo en el hotel. Que te meta en su cama y lo acusas de acoso y le arruinas la vida¡
Miguel no dice nada más porque Lucrecia se pone muy nerviosa y él teme lo peor. Lucrecia le muestra una foto actual de Camilo.
--es él... Él es el hombre que tienes que seducir, enamorar. Destruir. Aniquilar. Acabar con él.
Es un hombre impresionante. Miguel agarra la foto. Se la queda mirando fijamente…
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