sábado, 19 de diciembre de 2020

capitulo 11






 

 


Camilo sufre al darse cuenta que no lo reconoce el hombre al que tanto ama.  Es un amor que se ha tenido que tragar y que lo ha matado por dentro. Siente rabia. Una rabia que no ha podido desahogar. Y todo ese dolor y esa rabia se concentra en ese puño. Ese puño que se estrella contra la cara de un sorprendido Miguel que cae al piso. Camilo nunca ha amado y odiado tanto a alguien como a ese hombre.

--¡¡maldito, maldito¡¡

Los directivos del hotel se reúnen alrededor de ellos para saber qué está pasando. Miguel se levanta aturdido. Se toca la barbilla. Quiere hablar pero no puede. Camilo de nuevo lo tumba de un puñetazo. Pega duro. Jorge está sorprendido y lastimado. 

 --¡¡basura, desgraciado¡¡ --grita Camilo lleno de dolor y rabia.

Los directivos tratan que les explique que le ha hecho ese empleado.

--¡¡yo no le he hecho nada¡¡ ¡¡este hombre está loco, es una bestia¡ --Miguel.

Miguel pone las manos delante para que no se le acerque.

Trata que se calme pero el hombre está enloquecido. No atiende a razones.

--¡¡cálmese¡ ¿que le pasa? ¡me ha confundido con alguien. Yo es la primera vez que lo veo 

Camilo grita como un loco asustando a todo el mundo. Se quiere tirar sobre Miguel. Entre varios directivos lo agarran, Camilo está como loco. Les cuesta mucho controlarlo.

--¡suéltenme,  yo quiero matar a este desgraciado¡

Miguel se lleva las manos a la cabeza. Se acaricia el pelo. 

--¡¡calmen a esa fiera¡¡

Camilo no deja de gritar.

--¡¡cabrón, hijo de puta¡

Le dice los peores insultos que se le ocurre. Miguel no entiende nada.

--¡¡¿¿qué le pasa?¡¡ ¡¡yo estoy aquí trabajando, vale que me retrasé un momento pero esto es pasarse¡ ¡¡no se puede tratar así de mal a los empleados¡

El jefe más inmediato de Miguel le reclama que estuviera ahí cuando su sitio es la cocina.

--si bueno pero es que me pidieron un favor.

Carlos ha estado observando todo sorprendido. Está seguro que Miguel no es tan inocente. Después del interés que él tuvo en servir esa copa está seguro que algo ocurre entre la pareja. Igual se mete porque le gusta mucho Miguel y quiere ayudarlo.

--Es que me tocaba a mí pero estaba indispuesto y le pedí el favor. --dice Carlos.

La excusa convence a todos, además Camilo está tan mal que el resto no importa. Miguel mira de reojo a Carlos. Le guiña el ojo por el favor que le está haciendo pero él francamente no entiende lo que le está pasando a ese hombre al que tiene que seducir.

--¿tal vez es que me descubrió? --piensa atormentado-- pero no puede ser ¡¡es imposible¡

Entre varios hombres tratan de calmar a Camilo que lanza patadas. Gritos. Se enfrenta a Miguel, a ese hombre con el que vivió su primera vez y lo llenó de vergüenza y de dolor. Se enfrenta a él con dolor y furia.

--¡¡como tienes el cinismo de presentarte, aquí¡ ¡¡como me haces esto¡

Uno de los ejecutivos que lo sujetan le pregunta a Miguel:

--¿ah es que ustedes se conocían de antes?

Miguel no lo duda:

--No, jamás lo vi.

Camilo en su dolor se da cuenta que Miguel no miente. En su mirada ve sinceridad. Ve sorpresa. Le parte por dentro que Miguel lo haya olvidado. Cae al piso derrotado por el dolor. Está angustiado. Llora para sorpresa de todos. Se siente como ese mismo chico de 18 años al que humillaron. Miguel fue su gran ilusión y decepción y es algo que lo ha marcado y no ha podido superar por mucho que lo quiera ocultar tras la fachada de hombre de negocios duro e imponente. Al tener a Miguel delante se le cae la fachada. Miguel lo desarma.

--¡maldito, maldito¡

El gran dolor que ve en los ojos del hombre conmueven a Miguel, se le acerca.

--Seguro me confundió con alguien. Yo no sé qué hice para molestarlo pues...

Camilo no permite que se le acerque ni hable. Se tapa los oídos. Cierra los ojos. Grita. Llora.

--¡¡fuera, fuera¡ ¡¡no te quiero ver, vete¡

Su jefe más inmediato lo manda a la cocina.

--pero... No me puedo ir sin saber que le pasa al señor --dice Miguel.

Camilo en el piso y apoyado por los ejecutivos llora, llora mientras grita:

--¿Fuera, hijo de puta¡

El jefe de la cocina repite su orden. Miguel mira a Camilo. Triste, sorprendido. La mirada de Camilo, llena de dolor y angustia penetra en Miguel  y lo aturde. Se va abatido. Antes de llegar a la cocina Carlos se acerca a él.

--espera.

Miguel lo que menos quiere en esos momentos es verlo a él pero es consciente que le debe una y no sabe si lo va a volver a necesitar. Se gira y se muestra cariñoso.

--creo que me debes algo¿ no? --le reclama Carlos..

--Si, es cierto. Gracias. Me salvaste la vida.

Le da un beso en la mejilla:

--ahora me tengo que ir no es cuestión que me regañen aún más.

Carlos le agarra del brazo:

--¿qué pasó entre ustedes?

--bueno lo que tú viste.

--Parece que te conoce de antes ¿de dónde lo conoces?

Miguel está muy alterado, sofocado.

--No ¡¡jamás lo vi¡

--pero es que estabas tan interesado en verlo y ahora esto. No sé, yo pensé...

Miguel lo acaricia y Carlos tiembla. No es capaz de decirle nada.

--Yo tenía curiosidad de verlo y sobre el loco ese pues es eso. Está loco.

Carlos se queda algo más conforme. Miguel se va hacia la cocina. Carlos lo mira con deseo. Le gusta mucho y mucho. Se lo come con los ojos.





Camilo es llevado a una de las habitaciones. Le dicen que avisarán al médico. Camilo tumbado en la cama mira a los directivos del hotel y dice secándose las lágrimas y con tono amargo:

--Estoy bien, sólo quiero descansar.

El hombre está muy abatido. Le parece estar viviendo una pesadilla. No deja de pensar en la primera vez que lo vio, en cómo le gustó en bañador, desnudo. El beso, el todo... las burlas. Llora angustiado.

--¿¿como pasó todo esto?

Uno de los directivos se le acerca.

--¿y qué les pasó? ¿de qué se conocen?

Camilo seca sus lágrimas. Su rostro es el de la amargura. El de una frustración, años sufriendo y llorando por él y ahora lo tiene en frente. Sin saber porqué.

--¿¿qué hace Miguel Garza en este hotel??

--¿el tipo con el que estaba? ¿lo conoce?

--Eso no importa ¿qué hace aquí?

--No sé.

El directivo hace sus averiguaciones.

--sí, efectivamente. Miguel Garza. Trabaja en la cocina, es el nuevo ayudante.

Camilo está muy alterado.

--¡No entiendo¡ ¡¡¿entonces porqué me sirvió el trago?¡

--fue una casualidad. Le pidieron un favor.

Camilo se levanta con rabia. Se seca las lágrimas:

--entiendo. --dice con amargura.

--¿quiere que hable con él?

--no, yo lo resuelvo.

Camilo sale del dormitorio  con paso firme. Dolido va hacia la cocina. Se acuerda de ese dia que fue a su habitación e hicieron el amor.  Se le escapan las lágrimas pero el odio  y el rencor que siente lo ayudan a seguir adelante. Todos se ponen nerviosos cuando lo ven entrar. Mira a Miguel desafiante y le dice:

--¡Miguel Garza¡ ¡¡sigueme¡

Miguel trata de disculparse pero Camilo no lo quiere escuchar.

--¡¡cuando estemos en mi despacho hablamos¡

Camilo se da la vuelta y Miguel lo sigue. Se encierran en el despacho 

Camilo se queda detrás de su mesa, de pie. Miguel detrás. No entiende la actitud arrogante y rencorosa de Camilo.

--¡¡Miguel Garza¡ ahora te escucho¡ ¿¿de qué se trata todo esto?¡

Miguel está muy aturdido, no sabe que es lo que espera que le diga.




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