sábado, 19 de diciembre de 2020

capítulo 13

 

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Camilo se levanta desnudo de la cama. Ahí queda un joven muy guapo desnudo. No hay palabras. No hay miradas. Es sexo. Camilo deja el dinero en la mesita. No necesitaría pagar por coger pero así le es más cómodo. Usa el sexo para descargar su rabia. No tiene ganas de buscar y seducir. Tampoco quiere compromiso. Sólo busca a alguien con el que poder desahogarse sin lastimarlo y sin que le pidan nada más. Se viste y se va en silencio. Sin mirar atrás. Está desahogado pero está vacío por dentro. Muerto. Ese amor que nació de repente se ha hecho fuerte dentro de él y lo ha destruido. Lo ha amargado. Haber vuelto a ver a ese hombre y que no lo reconozca lo consume por dentro.








Miguel no está nada convencido del plan de su madre.

--¿no crees que es un poco salvaje?

--¿otra vez dudando de mí?

--No es eso, mamá, es que creo que te estás obsesionando demasiado.

Lucrecia está molesta, se da cuenta que Miguel está echándose para atrás así que finge que tiene dolores en el pecho. Miguel se angustia.

--¿¿mamá, qué te pasa?

Lucrecia se hace la víctima:

--¿es que te importa? si yo me muriera se acabarían tus problemas. Así no tendrías que hacer cosas que no quieres.

--Mamá, vengo ahora mismo. Sí te sientes mal yo quiero estar contigo.

Lucrecia llora de rabia:

--claro ¡¡qué fácil para ti¡ ¡¡si a mí me mata algo es el pasado, esa factura que se quedó sin pagar¡

Lucrecia se sabe hacer muy bien la victima, logra hacer sentir culpable a su hijo.

--Nada ha cambiado mamá, yo voy a vengarte, voy a destruir a ese hombre.

habla con lágrimas en los ojos. Le da pena Camilo aunque también le molesta la forma fea que lo ha tratado y eso hace que le duele un poco menos lastimarlo. A Lucrecia le brillan los ojos. Se finge débil pero está más viva y fuerte que nunca...

--gracias, mi hijo¡¡qué Dios te bendiga¡ ¡¡Eres lo único que tengo, mi vida.

--las cosas se harán como tu digas. Lo que yo te decía es que el método tal vez es un poco brusco.

--no te pegarán en serio. Todo será fingido.

--¿y a él?

--No le pasará nada, confía en mí.

Miguel y Lucrecia se despiden. Miguel siente una gran angustia. Se tumba bien en la cama con las manos bajo la almohada. Sus ojos se llenan de lágrimas. No sabe porqué se levanta y va hacia la terraza. Es como si alguien lo llamara. Su corazón late con fuerza.

--¡¡es él, es él ¡ --reconoce al hombre que vio anteriormente en ese mismo lugar, no a Camilo.

Camilo camina descalzo por la playa. Miguel siente su dolor pero no ve las facciones de el.

--¿¿quién será?¿qué le pasará?

Miguel siente deseo de ir hacia él. Siente que lo llama.

--¡¡que locura¡ ¡¡no¡ ¿¿qué le digo?

Camilo se sienta en la orilla, frente al mar llora. Desahoga su dolor. Siente que el mar le da fuerzas, que el mar se lleva su dolor. Siente que se relaja. Piensa en Miguel. En ese amor fugaz que lo sedujo y que la ha atormentado toda la vida. Siente escalofríos al pensar en su regreso.

--¿¿porqué has tenido que volver?¿¿porqué?

Camilo está temblando. Tiene a Miguel clavado en su alma.  Su mirada, su belleza. No lo puede ocultar. Lo desea ardientemente.

--los años no han pasado para él. Está aún más guapo.

Llora derrotado por el pasado:

--te amo, te amo.

Se muere de rabia al pensar en Carlos. Siente muchos celos. Se golpea en el pecho:

--¿¿porqué no me lo he podido arrancar del alma?¿¿porqué?

Miguel mira conmovido a esa hombre:

--pobre hombre. Seguro que sufre por un amor. Quien  haya hecho sufrir a ese  hombre de esa manera merece lo peor.

Miguel siente emoción de la forma en la que ese hombre ama a esa persona que le ha hecho daño. No se cansa de contemplarlo pero le parece una falta de respeto:

--ese hombre lo que menos necesita es que tú estés de mirón.

Vuelve a la cama. Está angustiado. Está conmocionado por el dolor de ese hombre al que no ha reconocido. Piensa que ha querido mucho. Siente un gran vacío en su alma:

--Es mejor sufrir por amor que no haber amado nunca.






Al día siguiente, Miguel despierta de muy mal humor. No tiene ganas de levantarse. Tocan a la puerta.

--¡¡Miguel¡ ¡¡Miguel¡ ¡¡tengo que hablar contigo¡

Es Carlos. A Miguel no le apetece nada hablar con él.

--¿¡qué querrá ahora ese pesado?¡ 

Pero aunque no tiene ganas de verlo se da cuenta que la ha metido en su vida y que después de haberse acostado con él no puede echar de su vida. Como está desnudo se envuelve en una sábana.

--¿¿qué quieres? No tengo ganas de hablar con nadie. --dice brusco.

Carlos lo abraza llorando:

--¡¡me corrieron del hotel¡

--¿y eso?

--¡¡no me dieron una explicación. Me pagaron una buena indemnización y ya está, a la calle

Miguel está muy intrigado. Hay algo en Camilo que no entiende.  

--algo debieron decirte.

--Sí que fueron órdenes de arriba. De ese hombre ¿¡que te pasa a ti con él¡?  --le reprocha.

--Nada ¿¡ tú también con eso?¡

Carlos se aferra a él con desesperación:

--¿y ahora que vamos a hacer?

Miguel no tiene ganas de meterlo en su vida pero necesita un desahogo y el chico  se le ofrece para eso. Los dos se besan y caen en la cama.


Camilo está atormentado en su despacho del hotel. Le duele imaginar a  Miguel y a Carlos juntos.

--¡¡fue con él¡ ¡¡seguro que fue con él¡

Y mientras los amantes cogen como bestias a Camilo le están consumiendo los celos. Le duele imaginárselo en la cama:

--¿será como conmigo?

Camilo se estremece recordando esa primera vez. Esa única vez.

--A mí no me quiso. A mi nunca me quiso. A mi me tiró. Él sigue con su vida.

Camilo no imagina que Carlos es solamente un desahogo de un momento. Cree que tienen una relación en serio y eso le duele mucho.




Ramiro, mientras, se está dando una ducha. Alguien toca a su puerta. Él sale envuelto en una toalla.

--¿Juan?

Se sorprende al ver al amante de su amigo.

--¿¿qué haces aquí?

Juan se enfrenta a él:

--¡¡tú me vas a contar lo que está haciendo mi novio¡¡

--No sé nada.

Juan le empieza a coquetear:

--venga, puedo ser muy complaciente.

Ramiro traga saliva. Se deja llevar y lo trata de besar pero  Juan lo golpea. Luego se lo piensa mejor y lo besa. Toma la iniciativa. Ramiro se deja hacer sorprendido. Hacen el amor. Ramiro queda satisfecho en la cama. Juan se viste sin mirarlo.

--¿¿porqué lo has hecho?

Juan no le dice nada. Se viste y se va. Ramiro no confía en ese hombre, aunque lo desea sabe que se acuesta con su amigo al que adora

--espero que no me meta en líos con Miguel

Se siente un poco culpable por haberse acostado con el  amigo de su amigo:

--Miguel no lo quiere. --dice para justificarse.

Ramiro sonríe pícaro. Le ha gustado mucho estar con ese hombre.


Cae la noche, Camilo va hacia su auto. Cuatro hombres se abalanzan sobre él. Le ponen una navaja en el cuello.

--¡¡si gritas te mato¡

Miguel está observando para intervenir. A pesar de ser uno contra cuatro y que tiene una navaja en el cuello, Camilo no se asusta y ataca a esos hombres. Camilo se enfrenta él solo a cuatro hombres con navaja. Miguel no sabe que hacer. Al ver que la pelea es real tiene miedo que lastimen a Camilo y se mete en la pelea. Es una pelea atroz de esos dos guapos contra cuatro.









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