Miguel no puede dejar de mirar esa foto. Su madre lo mira sorprendido:
--¿¿qué te pasa? ¿¿lo conoces??
Después de mirar esa foto fijamente, Miguel se la devuelve a su madre.
--hijo, por fin reaccionas. Parecías hechizado.
Miguel sonríe pícaro.
--¿que pasa? te quedaste embobado, es como si lo conocieras.
--no, no. Primera vez que lo veo --dice él seguro.
Miguel no imagina que ese hombre es el mismo feo que él desvirgó fruto de una broma de su amigo Ramiro.
--pues cualquiera diría, de la manera que lo has mirado...
--pero es muy atractivo, sensual. Me extraña que no se le haya conocido una pareja.
Lucrecia habla con reproche. No le interesa que a su hijo le guste ese hombre de más. Habla con mucho rencor:
--¡¡ya te dije, es un degenerado, de los que usan y tiran a los hombres¡¡ ¡¡tú deberás usarlo, divertirte y tirarlo antes que él te tire a ti¡
A Miguel le excita pensar en ese hombre tan explosivo desnudo en sus brazos.
Sonríe con cara de depravado:
--me está costando esto --dice para disimular.
Para tratar de evitar malos entendidos, Lucrecia le deja claro:
--¡¡recuerda que te puedes divertir con él pero nada más. Lo tienes que hacer muy muy infeliz¡ ¡No te mando para vivir un romance¡ ¿¿entendido?¡
Lucrecia habla como en una sentencia. Usa un tono muy duro.
--si por supuesto. No tengo ninguna intención de empatarme con ningún hombre y menos con él
Eso deja más tranquila a Lucrecia:
--que bueno que estás tan seguro.
Miguel la mira serio:
--dime una cosa... ¿y tú estás segura que no hay ninguna posibilidad que sea mi hermano?
--Ninguna. Puedes estar seguro que si hubiera dudas no te pediría que te acostarás con él.
--eso espero.
Lucrecia acaricia a su hijo:
--si ese hombre fuera hijo de tu padre no me hubiera dolido tanto que se quedara con la herencia. Lo que me duele es que se quedó con tu herencia un hombre que no es nada de tu padre. El otro si debe ser hijo de tu padre.
--así que debo tener un hermano --dice triste.
Se le hace raro tener un hermano.
--¡¡pero no quiero que lo veas como tal¡ ¡¡tu primo Manuel lo va a enamorar, se va a burlar de él y le arrancará hasta el hígado ¡
Aunque le da un poco de pena pensar que su primo vaya a lastimar a su único hermano, lo primero es su madre y dice:
--que Manuel hago lo que quiera con ese jotito.
Lucrecia acaricia a su hijo feliz. Le da un cariñoso beso como nunca se lo había dado antes:
--Por fin se va a ser justicia. Por fin me podré morir en paz.
--No digas eso mamá. Cuando todo esto pase tienes que vivir, ser feliz para mí.
--si se hace justicia yo ya seré feliz.
--te lo juro.
Miguel abraza a su madre pero ésta se aparta de él. Sólo tiene cabeza para la venganza.
--Quiero que te vayas al pueblo. Santa Maria del Mar.
--¿y eso dónde está? Debe ser un pueblo muy pequeño.
--Así es, tu padre era prácticamente el dueño. He pensando que la forma en la que contactes con él es que entres a trabajar como cocinero en su hotel.
Miguel se le ríe.
--¡¡no le veo la gracia¡ --dice ella enojada.
--Mamá, es el dueño del hotel ¿¿crees que se enamorará de un cocinero?
--hay hijo, no te menos valores.
Miguel mira a su madre como si estuviera loca pero no le lleva la contrario.
--además no pretendo que lo enamores así, en unos días unos hombres lo atacaran, tratarán de lastimarlo fingiendo un asalto y tú lo rescatarás.
--¡¡estás loca¡ ¡¡eso muy sucio¡
--¡de eso se trata y nadie saldrá lastimado¡ ¡¡en todo caso el orgullo de ese porque lo salvó su cocinero¡ ¡pero a todos les encanta los héroes y no dudo en que se enamorará de ti¡
Miguel mira a su madre resignado. Los ojos de Lucrecia brillan de la ambición.
Camilo está en su oficina. Siente un frío interno. No sabe bien que le está pasando. Siente escalofríos. Piensa en Miguel. En la primera vez que lo vio. Como lo sedujo. Como le gustó verlo en bañador. Su primera charla, su primera vez. Sonríe con nostalgia:
--mi cara de ángel. Era tan bello.
Se excita recordando la desnudez de Miguel:
--nunca vi un hombre tan hermoso..
Es un hombre frustrado y con un gran rencor hacia el pasado:
--Parecía un sueño, un sueño que se me convirtió en pesadilla.
Rompe a llorar con desesperación:
--¡¿como me hiciste esto?¡¡parecía un ángel pero era un demonio con cara de ángel¡
Emilio está paseando a sus perros. Es la hora en la que Manuel va al gimnasio. Pasea por ahí con la esperanza de verlo pasar. De aunque sea verlo de lejos. Su corazón late de prisa.
--¡¡¡es él¡¡ ¡¡es él¡
Todo se ilumina para Emilio al ver a Manuel. Llega con Jorge. Despeinado, sin afeitar. Lo tiene totalmente seducido.
--¡¡que guapo es¡ ¡¡que bueno está¡ --no deja de decir Emilio para sí.
Emilio no deja de mirarlo enamorado.
--¡¡como lo amo¡
Al verlo Manuel le guiña el ojo y con la cabeza lo saluda y Emilio se muere de amor y deseo.
--¡¡me saludó, me saludó¡
Emilio se pone muy contento porque es la primera vez que Manuel lo saluda.
De nuevo en el hotel, Camilo se seca sus lágrimas. Con amargura dice:
-- Ahora será un cuarentón gordo y calvo.
Se ríe tristemente imaginándose a ese hombre que amó por primera vez gordo y calvo:
--el tiempo habrá extinguido su belleza, ya ningún hombre volverá a caer en su juego.
No puede evitar sentir rencor, por ese amor que se le quedó atravesado en el corazón y le ha hecho infeliz durante todos esos años.
--¿¿qué habrá sido de él?
Miguel se desahoga con su amigo. Ambos tienen una vida sexual muy activa por separado pero se conocen desde hace años y les gusta estar juntos. Nada desahoga más a Miguel que coger con Ramiro. Luego hablan relajados desnudos en la cama.
--si vieras a mi madre. --dice Miguel con tristeza-- es toda odio. No le importa nada. Ni parece que haya sufrido un infarto. No imaginas la fuerza que le da el odio.
--¿y que vas a hacer?
Miguel ya se ha resignado:
--Me toca hacer lo que ella quiere.
Ramiro apoya la cabeza de su amigo en su pecho para que se relaje y lo acaricia fraternalmente.
Esa misma tarde, Miguel está ya en Santa María del Mar. Llega vestido muy sencillo. Con una bolsa como sus únicas pertenencias. Va al hotel. En ese mismo hotel en el que se encuentra Camilo. Ésta en Presidencia. Él va a personal a solicitar un puesto de cocinero que hay vacante.
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