viernes, 18 de diciembre de 2020

Capitulo 4

  





Camilo ha dejado atrás al feo que fue. Es un hombre corpulento y muy atractivo. Un importante hombre de negocios que maneja toda la herencia de su familia. Camina con paso seguro. No queda nada de ese feo del que se burló Miguel. Almenos por fuera. Vive en una lujosa mansión.

--¿y Emilio? --pregunta a una de las sirvientas 

--en su cuarto. Como siempre.

Emilio es un hombre gris. Amargado. Frustrado. Llora. Camilo entra sin llamar. Siempre ha vivido con la tristeza de su hermano y ya no sabe que hacer para sacarlo de ese estado depresivo. Lo trata con mucho cariño. Lo abraza por la espalda. Le duele que sufra.

--Emilio, hermano, no puedes seguir encerrado. ¿Porque no salimos a dar una vuelta? Si no te apetece trabajar pues me haces compañía. Me gustaría que estuvieras a mi lado. No estés solo.

Emilio tiene la compañía de tres perros. Ellos son su mundo  

--¿porque los chicos guapos nunca se fijan en las feos? --dice Emilio con amargura.

Camilo piensa con tristeza en su chico con cara de ángel. Ese chico que se burló de él. Lo acaricia fraternalmente.

--Pero has estado con muchos  chicos guapos. Tienes todo el sexo que quieres ¿qué necesitas?

Emilio se siente vacío. No necesita más sexo pero no es lo que hecha de menos.

--amor. Quiero amor.

Camilo tiene una honda pena en su alma. Su mirada es amarga 

--el amor ya llegará. Yo también estoy solo. El amor no lo vas a encontrar encerrado. Debes salir.

--salgo a pasear a mis niños.

--si pero…

Emilio no lo deja seguir.

--ya no seas pesado. No quiero salir y menos trabajar y ver gente.

Camilo le sonríe. Le pone la mano en el muslo muy amoroso. Adora a su hermano menor. Se desvive por él y desea protegerlo. 

--pues llama a cualquiera de tus amigos para que venga a divertirse. Tienes una buena agenda. Si quieres los llamo yo. ¿A quién te apetece ver o quieres que te presente a un amigo nuevo?

Camilo habla con dulzura. Con una sonrisa en su rostro. Con mucha amargura Emilio dice:

--¿Y crees que no se que tú les pagas? Nadie se acostaría conmigo gratis.

Camilo acaricia a su hermano con cariño.

--yo sólo quiero que seas feliz. Dime lo que quieres.

--estar con un chico que me ame. No tener que pagar por sexo.

--pero no es malo pagar por sexo. Yo lo hago. Es más cómodo si sólo buscas coger.

--pero tú hombre que quieres hombre que tienes. Tú pagas porque quieres. Todos te desean. Y yo no busco sólo.coger.

Camilo tiene una amargura dentro.

--yo no importo. Dime tú ¿cómo puedo ayudarte?¿qué buscas?

--no tener que mirar a los chicos de lejos, que el chico que me gusta me ame.

--¿es que te gusta un chico? --dice Camilo cariñoso.

--sí, se llama Manuel. Es nuevo en el pueblo  y nos tiene a todos locos. Coquetea con chicos y chicas. Es del equipo de fútbol de la Colonia. Lo veo mientras paseo a mis niños.

Lo que no dice es que siempre pasea con sus perros por el campo de fútbol para ver a los chicos guapos jugar. 

-- Pero yo no tengo oportunidades ¿porque se va a fijar en mi pudiendo estar con quien quiera? es el chico más guapo que vi en mi vida.

Camilo sonríe y acaricia a su hermano. Lo trata con mucho cariño.

--A lo mejor se enamora de ti.

--claro que no, si tuviera tu cuerpo...--dice Emilio con envidia.

A Camilo le duele que su hermano se sienta inferior a él.

--ser guapo no es garantía de nada. A mi tampoco es que las cosas me hayan ido bien.

Emilio siente envidia de su hermano pero también lo admira. 

--tú eres el hombre de los sueños de cualquiera, puedes tener al hombre que quieras. Si yo fuera como tú…

Camilio sonríe con amargura pero trata a su hermano con mucho cariño.

--te puedes  superar, yo era horrible de joven. 

--Pero te desarrollaste y te convertiste en un monumento  espectacular y yo hasta calvo soy ya.

--pero eso tiene solución. Yo te puedo ayudar. Te lo he dicho muchas veces. Tú sabes que he trabajado mucho para cambiar. Si yo pude tú también.

Camilo lo acaricia con ternura. Emilio se cansa sólo de pensar en hacer ejercicio y Camilo desea ayudarlo a ser feliz.

--si te gusta un chico del equipo de fútbol pues no lo mires de lejos. Apúntate al equipo de fútbol para estar con él.

Emilio desea a Manuel pero le da demasiado miedo la gente.

--¿!Estas loco?¡ ¡se van a burlar de mi¡

--pero es que puedes hacer mil cosas pero no te quedes encerrado. Te hará bien hacer ejercicio. Hazme caso. Lo difícil es empezar. Luego…

Emilio no lo deja seguir.

--ya te he dicho mil veces que no me gusta salir ni estar con la gente.

--pero puedes usar el gimnasio de la casa. Puedes entrenar conmigo. Yo estaría feliz.

Camilo lo acaricia fraternalmente.  Emilio se levanta y se tumba en la cama. Sus perros lo acompañan..

--Estoy cansado, vete.

Emilio se pone de lado para no mirar a su lado. Camilo de pie en la cama. El guapo ha ocupado el rol de ese padre que les falta de hace años.

--¿Porque no retomas tus sesiones con el psicólogo?

Emilio lo mira molesto.

--¡pero sí sólo dicen babosadas¡¡todos son unos inútiles ¡¡es una perdida de tiempo ¡¡no sirven para nada¡

Emilio se altera mucho cuando su hermano le saca el tema.

--era sólo una idea. No te enojes.

--Ya vete, no me sigas molestando.

Emilio no mira a su hermano. Camilo le da un beso muy cariñoso. 

--te quiero mucho hermano.

Emilio lo ignora. Camilo sale del cuarto muy triste. Una lágrima desliza por su mejilla. A él también le rompieron el corazón. Esa herida sigue  abierta a pesar de los años. No hay un sólo día que no se acuerde de Miguel.



Miguel ha llevado a su madre al hospital. Está desesperado. Ramiro corre hacia él. Miguel lo abraza.

--¿¿qué pasó? ¿¿qué pasó? --pregunta mientras acaricia a su amigo con mucho cariño.

Miguel llora:

--fue mi culpa,  fue mi culpa.

A Ramiro le duele mucho que su amigo esté sufriendo. Son demasiados años juntos, lo siente casi su hermano.

--si a mi madre le pasa algo por mi culpa me mato. --llora Miguel.

Ramiro trata de calmarlo:

--no digas eso. Tu madre se va a poner bien.

Miguel no tiene consuelo.

--Yo la vi muy mal.

Ramiro acaricia a su amigo fraternalmente:

--pero ¿¿qué pasó?

--Estábamos discutiendo y yo me enojé.

Ramiro conoce a su amigo. Han compartido muchas cosas. 

--yo sé que tú tenías razón para enfrentarte a tu madre. Doña Lucrecia tiene un carácter...

Miguel está desolado. Se levanta. Se lleva las manos a la cabeza. Está muy nervioso. Se lleva un poco la mano al pelo.

--¡¡es que el rencor la está matando¡ ¡¡me dijo unas cosas...¡ ¡¡quiere que enamore al hijo de mi papá para arruinarlo y luego abandonarlo¡

Ramiro está escandalizado:

--¿¡tu madre te pide que te acuestes con tu hermano?¡

Miguel está muy nervioso. No deja de tocarse el pelo:

--¡no, no¡ Se ve que la madre ya estaba embarazada cuando se casaron. Es oficial que no era el hijo de él.

--ah bueno... si es guapo y sólo es un coger y tu madre se va a quedar tranquila.

Ramiro le pone la mano en los hombros a su amigo:

--yo no te digo que acabes con él pero tampoco te cuesta nada hacer creer a tu madre que haces lo que ella quiere. Su salud está en juego.

Miguel mira a su amigo atormentado:

--pero es que ella quiere que lo arruine.

--pues dale largas. Lo importante es que crea que le haces caso.

Miguel está atormentando por el rencor de si madre y por que no sabe como se encuentra y nadie le dice nada. El silencio de los médicos cree que es porque le están ocultando algo grave. 




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