viernes, 18 de diciembre de 2020

Capitulo 3

 


Miguel vuelve a su vida. Camilo ha quedado atrás. Ni es un recuerdo. Camilo en cambio se la pasa encerrado en su cuarto. No deja de llorar y pensar en ese chico tan guapo que se burló de él. No come y tiene a sus padres muy preocupados. 

--si no teníamos bastante con un depresivo. Ahora tenemos dos. Emilio siempre fue triste y se la pasa encerrado pero Camilo era pura alegría. Yo creía que Emilio era depresivo como mi abuelo porque había heredado sus problemas mentales pero Camilo no lleva mi sangre--dice Don Miguel

La madre no dice nada. Sólo llora. 

--mis dos hijos sin ganas de vivir -don Miguel

-- ¡que hijos me salieron¡ninguno normal. Feos y deprimidos. ¿Que hice yo para merecer esto?-- piensa triste el padre

La mente del hombre viaja casi 20 años atrás, una mujer le está comunicando que espera un hijo de él. A Miguel la noticia no le hizo gracia.

--¿y yo como sé que es mío?

La joven, Lucrecia, llora.

--No me puedes hacer esto ¡claro que es tuyo¡

--tú antes de mí has sido de otros hombres. Muchos hombres.

--¡¡Eso no es cierto, yo no sería virgen pero tampoco era una perdida¡

Miguel sólo quiere divertirse con esa mujer  y no le apetece nada tener un hijo con ella para ser libre para otra que le convenga por posición. Lucrecia era humilde y sólo la quiso para divertirse.

--¡¡yo no puede ser el padre de tu hijo... porque... porque...¡

La joven está esperando la respuesta. El hombre improvisa, encuentra la mentira ideal:

-- Me hizo una vasectomía porque mi abuelo paterno estaba loco y no quiero un hijo que herede esa locura.

--¡eso no es cierto¡

Miguel sacó a esa mujer de su vida. Ahora siente amargura al pensar en esa hija o hijo  de 18 años que no conoce. Eso es algo que lo tiene amargado. 


El joven Miguel está trabajando en un campamento para sacarse un dinero para sus gastos. Si el lujo ha rodeado a Camilo, la pobreza ha rodeado a Miguel.



22 años después…






Miguel es un guapisimo hombre de 40 años. Sale desnudo de la cama. Un joven de unos veintitantos años queda en ella.

--quédate a mi lado, Miguel.

--No, no puedo. Mi madre no se sentía bien.

--tu madre nunca se siente bien.

Miguel se empieza a vestir. El chico se molesta:

--¡¡ya estoy harto que me hagas el amor y te vayas¡¡

Miguel no le hace caso y se va. El joven queda furioso. Miguel se acerca a su casa. Un pequeño y viejo departamento de dos habitaciones. Su madre es una hombre amargada. Miguel es muy cariñoso con él:

--¿otra vez llorando?, mamá.

Ella es puro odio.

--¡¡lloro porqué tú no me haces caso, tú dejas que otro disfruten de lo que nos robaron¡

--no vuelvas con eso.

--¡si tú no me ayudas a acabar con los hijos de Miguel del Pozo lo haré yo¡ --dice llena de odio.

Miguel ha crecido con el rencor de su madre pero ha tratado de no contagiarse de él.

--Yo nunca he necesitado de un padre.

Doña Lucrecia se ha dejado amargar por el estigma de tener un hijo bastardo. Acaricia a su hijo con angustia:

--pero no tienes apellido.

--Claro que sí, tengo tu apellido. Me encanta mi nombre. Miguel Garza.

--pero no es el que te mereces. Miguel del Pozo. Como tu padre.Ese es tu nombre.

--No entiendo como me pusiste su nombre después que te abandonó.

--Porque tú eres tu primogénito¡¡tú debías haber heredado todo su dinero. Tú sí llevas su sangre y te lo negó todo y se regalo a uno que no es nada suyo sólo porque su madre era de una familia importante¡

--pero yo no necesito más de lo que tengo. Me bastan mis dos manos.

Lucrecia es una hombre amargada con mucho odio dentro:

--¡¡pero mira todo esto¡ ¡¡si no fueras tan egoísta lucharías por tu herencia ni que sea para dármela a mí¡ ¡ese hombre se burló de mi por ser pobre y se casó con una mujer con posición pero embarazada de otro¡¡¡me dejó a mi para casarse con otra que esperaba un hijo que no era suyo¡¡te robaron tu herencia¡¡yo merezco ese dinero¡

Miguel quiere mucho a su madre, por ella está dispuesto a todo pero no a eso. 

--mamá, tú sabes que yo haría lo que fuera por ti pero no veo cómo pueda reclamar la herencia de una persona que ya está muerta. Él se lo dejo todo a sus hijos.

Lucrecia reacciona con mucho rencor:

--¡¡pero el mayor no es hijo de tu padre¡¡ese bastardo no es nada de tu padre, no merece nada¡

--¿¿y cómo sabes? 

--Era del dominio público que se casó con una mujer en avanzado estado de gestación y él nunca ocultó que no era el padre ¡¡te rechazó a ti que llevabas su sangre para luego reconocer como suyo a ese bastardo ¡¡todo lo que disfruta hoy en día ese bastardo debería ser tuyo¡

--pero con ella tuvo otro hijo. Ellos son sus herederos. Ya no vuelvas con lo mismo.

Lucrecia es puro odio.

--uno es un bastardo y el otro está loco. No está bien de su cabeza. No es normal. No tiene amigos. No sale. No necesita ese dinero. Tú sí eres un digno sucesor de tu padre y no esos dos.

--¿¿qué se supone que tengo qué hacer yo? ¿esperar que por mi cara bonita me den una herencia a la que según tú yo tengo derecho?

--¡No es según yo. Es así pero no, eso es demasiado fácil. Yo quiero que amargues la vida del que lleva el apellido de tu padre sin merecerlo. A ti no te reconoció pero sí al bastardo de otro. Yo quiero que destruyas la vida de Camilo del Pozo¡¡

A Miguel no le gusta nada el odio con el que habla su madre.

--¿y que culpa tuvo de lo que hizo el padre?

--¡la culpa de los padres lo pagarán los hijos. Eso dice la biblia y yo quiero que tú enamores a ese bastardo y le quites su parte de la herencia¡¡que lo humilles y lo dejes en la calle. Humillado y arruinado¡

--¡¡estás loca¡ ¡¡yo no puedo hacer eso¡ ¡¡no se puede jugar con la gente¡

--¡¡pues es lo que los hijos de ese perro se merece, que los enamoren y luego los abandonen como si no valieran nada y en la ruina¡

Miguel mira a su madre dolido:

--el rencor te está haciendo decir tonterías ¡yo no pienso entrar en tu juego¡

Lucrecia no perdona a su hijo que no se quiera vengar:

--¡¡lo que pasa es que no me quieres, no te importa que trataran a tu madre como si fuera una mujerzuela¡ ¡a mi me trataron como a una ramera cuando llevaba a su hijo en mi vientre y a la otra como una señora llevando el hijo de a saber quien en su vientre¡

Lucrecia llora. Él siente culpa. Se pone en cuclillas ante ella:

--yo te quiero mucho mamá pero date cuenta que no puedo hacer lo que me pides.

--¡¡sólo te pido que te diviertas con un hombre y lo abandones, ¿no me digas que eso no lo has hecho nunca?¡ ¡¡yo te conozco y sé que eres un golfo. Eres gay y nunca te has tomado en serio a los hombres. No te pido nada raro¡ --le reclama ella.

--sí pero lo de robarle su herencia ¡¡no¡

--¡bueno pues sólo te lo coges y lo humillas¡

--Yo haría lo que fuera por ti pero no me pidas que haga daño a alguien que no me ha hecho nada.

Lucrecia opta por hacerse la víctima:

--¡¡ese bastardo  me arruinó la vida,  si él no existiera seguro que tu padre habría vuelto a mí¡

Miguel acaricia a su madre con tristeza:

--eso nunca lo sabremos.

--¡¡da igual¡ no quiero que sea feliz y quiero que tú te ocupes de él ¡ ¡me han dicho que es bien guapo el muy desgraciado, no te será un sacrificio¡

A Miguel no le apetece nada hacer daño a nadie, a un desconocido, no quiere heredar el odio de su madre:

--el odio sólo engendra más odio.

--¡¡cuando ese bastardo que ha disfrutado lo que te merecías tú quede en la calle entonces fin de la historia¡ --dice la mujer con amargura.

Miguel mira a su madre lloroso. La ve con tanto odio que a veces tiene miedo que haya perdido el juicio: Al ver que no lo logra convencer dice:

--¡¡tu primo me quiere más que tú¡

--¿Manuel?

--¡¡sí, el hijo de mi hermana¡ ¡¡él sí tiene los pantalones bien puestos y está de mi lado¡

--¿pero que puede hacer ese mequetrece? ¡¡es un bueno para nada¡

--enamorar al otro hermano. Y es bien feo el legítimo. Tu primo se lleva la peor parte pero no le importa. Se va acostar con tu hermano, el que sí lleva tu apellido y disfruta de lo que tú mereces. 

Lucrecia no soporta que haya un hombre que sí sea hijo del padre de Miguel y que disfrute del dinero y el apellido que a su hijo le negaron 

Miguel no siente nada por la familia de su padre y quiere olvidarlos. Lucrecia odia a los dos hijos de Miguel. A uno porque lo reconoció sin ser hijo suyo y al otro porque sí lo es 

--voy a respetar que el otro es tu hermano por eso el trabajo sucio se lo dejo a tu primo ¡¡él sí hará lo que tiene que hacer¡ ¡¡los dos hijos deben llorar fuego y sangre¡ ¡¡deben maldecir el día que nacieron¡

A Miguel le duele tanto odio.

--lo siento mamá, no puedo hacerlo. No puedo.

Miguel se va hacia la puerta. Su madre se angustia.

--¡¡hijo, vuelve.  Vuelve¡

Miguel ya está cansado de la amargura de su madre.

--¡¡te quiero mucho pero ya no aguanto más, un día de esto me vas a obligar a irme de la casa¡

Al ver que su hijo va hacia la puerta y por miedo de perderlo se desploma en el piso. Miguel va hacia ella angustiado.

--¡¡mamá, mamá¡





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